Durante la última semana cientos de personas se han preguntado por qué los dueños del Cine Roosevelt decidieron cerrar varios meses después de haber abierto sus puertas nuevamente.
Las razones que da la gerencia a través de su página web y medios de comunicación son válidas pero la realidad es que el Cine Roosevelt empezó su camino al cierre desde hace tiempo. No fue solo la pandemia quien terminó de cerrar el cine sino también la poca iniciativa que mostraban sus dueños que aparentemente solo se conformaban con mantener el cine por compromiso más que por amor al mismo.
Sí, sé que algunos me dirán que el cine lo remodelaron para hacer dos salas en lugar de una. Otros me dirán que los dueños dijeron que invirtieron en sistema de enumeración asientos, un sistema de rayos ultravioletas para el aire acondicionado, etc., pero eso lo hicieron porque lo exigía las nuevas reglamentaciones impuestas por el gobierno y no tenían de otra si querían seguir con el mismo modelo de negocio que llevaban desde siempre.
En fin mi conclusión sobre todo esto es que el Cine Roosevelt cerró porque simplemente quedó obsoleto frente a los grandes de la industria hoy día (Caribbean Cinemas).
Entre las razones por la cual el Cine Roosevelt quedó obsoleto puedo mencionar las siguientes:
La falta de interés por mantener el local de acuerdo a las exigencias de la industria
Para cualquier persona que haya ido al Cine Roosevelt le resultará obvio, por ejemplo, las butacas ni siquiera tenían porta vasos. Todo el mundo sabe la incomodidad que resulta no tener donde poner la bebida mientras uno trata de comerse algo.
No subían los precios de modo que dejara un buen dividendo
Como dicen por ahí nadie compra manzanas para venderlas al mismo precio que las compra. La ganancia que genera la taquilla solo rinde para pagar las utilidades del negocio, pero ni siquiera para pagar los sueldos de los empleados.
Para que tengan una idea de la ganancia que puede tener en una película de estreno está entre solo el 5% y 10% del total de la taquilla.
Es por esto que los cines venden los productos de la concesión con precios bastante elevados, porque de algo tienen que sobrevivir y ese es su modelo de negocio, pero la administración del Cine Roosevelt nunca pareció entender esto.
El poco o ningún interés en mantener una relación auténtica con sus fans o seguidores mas fieles del Cine Roosevelt
Tener una página de Facebook donde anunciar las películas y los horarios no es suficiente. Hay que relacionarse con los seguidores y fidelizarlos de alguna manera. Es increíble como solo se limitaban a anunciar la película de estreno y san se acabó.
Si querías comunicarte con ellos directamente no podías, el teléfono solo lo contestaba una grabadora con la información de las películas que se estaban proyectando durante esa semana y listo, eso era todo.
En serio, ¿cómo esperaban fidelizar a su público?
Poco interés en utilizar herramientas digitales para estar accesible al público
El correo electrónico no servía, los mensajes rebotaban más que una bola de baloncesto, porque ninguno les llegaba, todos venían de vuelta indicando que la dirección no existía.
Su sitio web parecía sacado de finales de los años 90’s hecha con FrontPage, es más, recuerdo haber visto páginas de más modernas hechas por aficionados en Yahoo! Geocities.
Lo que no se anuncia no se vende
No tenían que tener una campaña de marketing que fuera de otro planeta, con publicar recurrentemente información de películas les servía para hacer cierto tipo de social media marketing y motivando así a las personas para que compartieran sus publicaciones.
En fin, estas son solo algunas de las razones por las cuales yo considero que el Cine Roosevelt cerró ya que esto no solo se limitó a lo que nos contaron a través de los medios de comunicación.
De pronto esto le responda algunas interrogantes a algunos o de pronto esto puede ayudarle a las personas que compren el local y deseen mantener el cine a no cometer los mismos errores, aunque la verdad es que si tienes dinero para invertir en esta propiedad también debes tener dinero para preparar un buen plan de negocios y prever todos los posibles puntos de quiebre.
De acuerdo